Festividades en Reino Unido: Poppy Day

Nos acercamos al día más terrorífico del año, Halloween, y con él, al inicio de unos de los meses preferidos para muchos: noviembre. Cada mes de noviembre es usual ver a mucha gente llevando una especie de pin en forma de amapola roja en sus camisas o abrigos. Lo mismo ocurre con los presentadores de televisión y demás personalidades que aparecen en los medios de comunicación. Pero, ¿por qué llevan esa flor? ¿Qué simboliza? ¿Por qué la llevan solo en noviembre?

La respuesta es simple: llevan la amapola como símbolo de respeto hacia tanto los caídos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial como a aquellos que murieron sirviendo al Reino Unido desde 1945. Cada 11 de noviembre se conmemora el Día del Recuerdo o Remembrance Day, también conocido como Armistice Day (Día del Armisticio) o, simplemente, Poppy Day (en alusión a las amapolas, poppies en inglés). Por ello, en las semanas anteriores a esta fecha es común ver a un número creciente de personas llevando esta particular seña de respeto.

Britain's Prince William and his wife Catherine, Duchess of Cambridge, arrive to meet volunteers and workers during a Royal British Legion Poppy Day event at Kensington Palace in London

Los duques de Cambridge, Kate y William, llevando las amapolas rojas características del Día del Recuerdo. Foto cortesía de Metro.co.uk

En este día también se conmemora la firma del armisticio entre Alemania y los Aliados el 11 de noviembre de 1918 a las 11:00 de la mañana, un hecho que se describe en inglés como «the eleventh hour of the eleventh day of the eleventh month». Este día no debe confundirse con el Remembrance Sunday, que tiene lugar el segundo domingo de noviembre. En estos dos días se suelen guardar dos minutos de silencio en recuerdo a los caídos y llevar a cabo actos en homenaje a ellos en todo el país.

El origen del Poppy Day

¿Qué tienen que ver las amapolas con este día? Al parecer, mucho. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la mayoría de las batallas tuvieron lugar en Europa Occidental. A pesar de la belleza de los terrenos en los que se llevaban a cabo estas batallas con anterioridad a la guerra, éstos acabaron convirtiéndose en mero barro del cual se creía que nunca crecería vida alguna. Sin embargo, en medio del caos empezaron a brotar amapolas de un color rojo intenso, propias de la región de Flandes, en Bélgica. Este hecho inspiró a un médico canadiense llamado John McCrae, quien escribió un poema acerca de las amapolas milagrosas de Flandes:

In Flanders fields the poppies blow

Between the crosses, row on row,

That mark our place; and in the sky

The larks, still bravely singing, fly

Scarce heard amid the guns below.

 

We are the Dead. Short days ago

We lived, felt dawn, saw sunset glow,

Loved and were loved, and now we lie

In Flanders fields.

 

Take up our quarrel with the foe:

To you from failing hands we throw

The torch; be yours to hold it high.

If ye break faith with us who die

We shall not sleep, though poppies grow

In Flanders fields.

El poema de McCrae inspiró a la académica estadounidense Moina Michael a fabricar y vender amapolas de seda que se llevarían a Reino Unido a través de la francesa Anna Guérin. La institución benéfica llamada The Royal British Legion, creada en 1921, pidió 9 millones de amapolas de seda y las vendió el 11 de noviembre de ese mismo año. Éstas se acabaron en muy poco tiempo y con ellas se consiguió recaudar más de £106 000, una cantidad más que considerable para la época. El dinero se empleó para ayudar a los veteranos de la Primera Guerra Mundial.

Un año después, el comandante George Howson estableció la primera fábrica de amapolas, Poppy Factory, en la que contrataron a muchos militares retirados con algún tipo de minusvalía. Se vendían tantas amapolas cada año que muy pocas llegaban a Escocia. Por ello, se aprobó la construcción de otra fábrica en Edimburgo en 1926, denominada Lady Haig Poppy Factory.

Poppy Day en la actualidad

Desde entonces, millones de amapolas de seda se venden cada año desde el 27 de octubre hasta el 11 de noviembre. La venta de estas amapolas durante este periodo de tiempo recibe el nombre de Appeal, concretamente The Royal British Legion Poppy Appeal. El dinero recaudado se destina íntegramente al fondo benéfico de esta institución con el objetivo de ayudar a miembros actuales o veteranos de las fuerzas armadas británicas que sufran algún tipo de problema físico o mental.

Para conseguir una amapola basta con salir a la calle. Los voluntarios encargados de venderlas se sitúan en puntos estratégicos de cada ciudad: supermercados, estaciones, calles comerciales e incluso universidades. Si no os encontráis con ningún voluntario pero igualmente queréis contribuir, podéis hacer una donación de al menos £1 en el sitio web de la institución y recibir la amapola en poco tiempo.

Muchos actos en homenaje a las víctimas de las guerras tienen lugar en estas dos fechas tan señaladas por los británicos. El más significativo de ellos es la ceremonia celebrada en Whitehall cada Remembrance Sunday a la que acuden miembros de la familia real y de los principales partidos políticos del país. En ella, todos visitan el Cenotafio, un monumento erigido en honor a los caídos en las guerras en las que participaron los países de la Commonwealth.

Además, tanto ese día como el propio 11 de noviembre se guardan dos minutos de silencio. Esta costumbre viene del reinado de Jorge V, el padre de la actual reina, quien ordenó que se guardaran dos minutos de silencio el 11 de noviembre de 1919, un año después del fin de la guerra. Si habéis visto Downton Abbey, os acordaréis de esta escena en la que se describe este hecho:

En 2014, con el objetivo de conmemorar el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, se llevó a cabo una «exposición» en la Torre de Londres en las que 888 246 amapolas rojas de cerámica, una por cada muerto en la guerra, poblaban los jardines que rodean el emblemático edificio. La reina y varios miembros de su familia visitaron dicha exposición.

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888 246 amapolas rojas de cerámica inundan los jardines de la Torre de Londres.

La amapola blanca

La amapola roja no es la única que veréis a partir de noviembre. Desde 1933 se distribuyen amapolas blancas que simbolizan la paz y el fin de todas las guerras. Éstas , fabricadas por la Co-operative Wholesale Society (la Royal British Legion se negó a verse asociada a la producción de estas amapolas), fueron llevadas por primera vez por el gremio cooperativo de mujeres (Co-operative Women’s Guild en inglés) durante el día del Armisticio de ese mismo año.

A pesar de que el objetivo de estas amapolas alternativas era muy distinto, muchos veteranos de la guerra sintieron que su existencia ofendía la memoria de aquellos que murieron durante la Gran Guerra. Por ello, muchas mujeres perdieron sus trabajos durante la década de 1930 por el mero hecho de llevar una amapola blanca en lugar de la distintiva roja. Hoy en día, sin embargo, no es inusual ver en la calle a muchas personas portando una amapola de color blanco, y la institución denominada Peace Pledge Union se encarga de su fabricación.

DOWNTOWN

Amapola blanca llevada junto a una roja. Foto cortesía de theprisma.co.uk

En el país hay mucho debate acerca del lado de la camisa en el que deben llevarse las amapolas. Muchos dicen que el único lado correcto es el izquierdo, dada su proximidad al corazón, pero otros tantos aseguran que lo importante es que se recuerde el 11 de noviembre y el significado que tiene. Por otro lado, también son muchos los que, con el paso de los años, se han posicionado en contra de llevar la amapola. Según ellos, la amapola glorifica el concepto de la guerra. De hecho, This Morning llevó a cabo hace poco un breve debate sobre su uso:

¡Y así terminamos la entrada! Que no os pillen por sorpresa las amapolas que lleve la gente por la calle a partir de ahora. 😛

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